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Motivos por los que te puedes quedar sin voz

La ronquera clásica se conoce como “disfonía” y puede producirse por una noche de fiesta con los amigos o un simple catarro, entre otras causas.

A veces sales con tus amigos, vas a un bar con la música muy alta y apenas podéis intercambiar tres palabras sin poner las clásicas muecas de “no puedo escuchar nada de lo que me dices”. Como resultado termináis hablando a gritos y ¡oh, sorpresa!, a la mañana siguiente tienes la misma voz que Don Vito Corleone el día de la boda de su hija.