La otosclerosis es la enfermedad de un huesecillo del oído, el estribo, que produce una pérdida progresiva de la audición en uno o ambos oídos (otosclerosis unilateral o bilateral). En la mayoría de ocasiones, alrededor del 70%, es hereditaria. En el caso de las mujeres, la otosclerosis tiende a empeorar con los embarazos.
La pérdida de audición es lenta pero progresiva, y no suele comenzar antes de los 25 años. Dicha pérdida es debida a la fijación (o pérdida de movimiento) progresiva del hueso estribo (huesecillo del oído), debido al crecimiento de un hueso anómalo a su alrededor que impide la transmisión del sonido.
El principal síntoma de la otosclerosis es la hipoacusia o pérdida de audición progresiva. Por otro lado, un porcentaje elevado de pacientes sufren de los llamados acúfenos o tinnitus (ruidos, zumbidos en el oído) que aparecen en algún momento de la evolución de la enfermedad.
El tratamiento de la otosclerosis es
quirúrgico (estapedectomía o estapedotomía), una operación consistente en
sustituir el hueso estribo (
huesecillo del oído) que está fijo, e inmovilizado (por lo cual no transmite el sonido), por una
prótesis. La operación de la otosclerosis es de corta duración y puede hacerse
con anestesia local y sedación. El postoperatorio implica
solo una noche de estancia en el hospital.
Los pacientes que recuperan la audición después de una operación de otosclerosis, alrededor del 90%, ya empiezan a notar la mejoría a la semana de la operación. Un 10% de pacientes pueden presentar un leve mareo o inestabilidad que no les impide hacer una vida normal. Excepcionalmente el mareo es más intenso y obliga a guardar reposo unos días.
El grado de recuperación será menor si antes de la operación de otosclerosis ya había, además de afectación del hueso estribo (huesecillo del oído), daño del oído interno. En estos casos puede ser necesario completar la intervención con el uso de un Audífono.
En aquellos casos en que el paciente no se opera de otosclerosis, la enfermedad sigue progresando, y si la afectación del oído interno es muy extensa, ya no habrá solución quirúrgica.
Los fracasos con pérdida auditiva irrecuperable tras la operación de otosclerosis se presentan aproximadamente en un 1% de los operados, pudiendo llegar a ser completa la pérdida.
En conjunto, con la operación de otosclerosis:
- Un 70% mejoran la audición de una manera extraordinaria.
- Un 20% mejoran la audición, de manera significativa pero no completa.
- Un 8% no experimentan mejoría.
- Un 2% pueden perder la audición.