Es probable que estés leyendo este artículo y no tengas que llevar a diario un audífono en tu oreja. ¿Has pensado alguna vez cómo sería tu día a día con él? No te alarmes, que no es para tanto. Lo que sí es más probable es que uses o hayas usado gafas para la vista, así que extrapólalo; al fin y al cabo, es lo mismo. Por esta regla de tres, entonces, sentir vergüenza por llevar audífono no tiene sentido, por eso cada vez son menos los afectados que la sienten
Así lo dicen las encuestas: en 2009, el 56% con discapacidad sentía vergüenza por llevar audífono. El año pasado, la cifra se redujo hasta el 42%. La diferencia salta a la vista y, con los años, se ha demostrado que es progresiva. Eso responde a un hecho: cada vez somos más conscientes de que se trata de una afección tan común como no ver bien de cerca. Algo habitual hoy en día.
Que nadie sienta vergüenza por llevar audífonos es la línea de meta de esta carrera. Cada año, vamos recortando distancia, y parece que a este ritmo la sociedad no tardará mucho en aceptarlo. Así que, sin vergüenza a decirlo, podemos afirmar que vamos por buen camino.
Fuente: Artículo en www.hear-it.org