Este artículo bien podría arrancar con la ‘Lacrimosa’ de banda sonora. Sí, ese clásico de Mozart de trasfondo dramático, épico a más no poder y que trasciende los sentidos. Tiene todos los ingredientes para ambientarlo. Y es que en esa sintonía va el tema: dos de cada cinco músicos de orquesta sufren pérdida de audición. ¿Les parece un dato digno de ese Réquiem?
Lo que está demostrado es que no hace falta ser miembro de Metallica o Nirvana para que los oídos se resientan a largo plazo. Un estudio noruego a una de las orquestas más grandes del mundo determinó que un 43,6% de los músicos tiene discapacidad auditiva. El chicle se estira todavía más si tenemos en cuenta que el 76,9% de ellos experimentan tinnitus de distintas frecuencias. Es el precio que tienen que pagar al estar expuestos a unos niveles que exceden el ruido diario recomendado. Un dato preocupante.
A modo o no de paradoja, la música clásica nos deja ver su lado menos placentero. También su cuadro más preocupante. A tenor de dicho estudio, se concluye que muy pocos músicos son constantes a la hora de usar tapones para los oídos, con lo cual la situación no parece que vaya a mejorar. Recordemos: la pérdida de audición progresiva no tiene cura, así que no hagamos de este problema un clásico.
Fuente: http://www.hear-it.org/es/dos-de-cada-cinco-musicos-de-orquesta-tienen-perdida-de-audicion