Preguntas frecuentes

1. ¿Qué es la halitosis?

Si bien es cierto que la expresión mal aliento es la más comúnmente usada, el término médico que define un aliento desagradable es halitosis. El vocablo resulta de la combinación de la forma latina “halitus” (aire espirado) con la terminación griega “osis” (sufijo que describre una alteración patológica.

La halitosis puede ser provocada por más de 80 causas y atañe a diversas especialidades de la medicina, por lo que sería más adecuado hablar de “las halitosis” (plural) que de “la halitosis” (singular).

2. ¿Qué causa la halitosis o mal aliento?

Si bien es cierto que la mayoría de los pacientes (el 60%) que demandan el tratamiento padecen halitosis de origen oral, la proporción de halitosis con origen en la boca ha disminuido en los últimos años. Esto significa, por tanto, que cada vez es mayor la proporción de pacientes que acuden a la consulta por una causa diagnosticada no oral.

Las causas extraorales (aparato respiratorio, tubo digestivo o sistémico) son responsables de alrededor de un 17% de los casos diagnosticados y requieren de una tecnología más avanzada, ya que solo pueden ser detectadas en una consulta especializada de halitosis.

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Infografía causas de la halitosis

3. ¿Existe una cura para la halitosis o mal aliento?

El protocolo HCP Arthyaga®, empleado por el Instituto del Aliento para el diagnóstico y tratamiento de la halitosis, posee hasta la actualidad una tasa de éxito del 97%, siendo esta tasa la más elevada hasta la fecha.

Esto supone que de cada 100 pacientes que solicitan tratamiento, al menos 97 de ellos dejan de manifestar mal aliento (de modo completo) al finalizar el tratamiento. Los criterios utilizados en el estudio que evalúa la tasa de éxito de dicho tratamiento requieren de una triple confirmación para establecer que, efectivamente, la halitosis ha sido erradicada: la confirmación de los familiares, los examinadores o “jueces del olor” y los aparatos diseñados específicamente para la medición del mal olor (cromatografía gaseosa).

4. ¿Es el estómago el principal responsable de la halitosis?

A pesar de que existe la creencia generalizada de que la halitosis de origen estomacal es una de las más habituales, los últimos informes muestran que el porcentaje de pacientes con este tipo de halitosis no suele superar el 3% del total de personas que demandan el tratamiento.

No obstante, las halitosis con origen en el estómago existen y suelen ser detectadas en consulta. Y se ha demostrado, además, que existen diversas patologías del ámbito gástrico y digestivo que predisponen la manifestación de halitosis.

5. ¿Cómo evitar y/o prevenir la halitosis?

Es necesario distinguir la halitosis fisiológica (por ejemplo, aquella que todos padecemos al despertar o durante los ayunos prolongados) y la halitosis patológica o crónica (aquella que se da con frecuencia, incluso poco después de comer o lavarse los dientes).

La halitosis patológica es muy difícil de prevenir. Más que a través de la prevención, el modo más eficaz de evitarla es mediante el tratamiento —una vez determinada la causa—. La halitosis fisiológica —relacionada en muchas ocasiones con malos hábitos de higiene—, se puede evitar utilizando diferentes estrategias: comer cada cuatro horas; evitar comidas condimentadas con alimentos con olor y gusto más intensos; no tomar alcohol o café y evitar el tabaco; ingesta abundante de agua (1,5 litros de agua al día); evitar la respiración por la boca y seguir procedimientos fundamentales de higiene oral —uso de hilo dental y limpiador lingual—.

6. ¿Existen aparatos para medir el mal aliento o la halitosis?

En primer lugar, es necesario tener en cuenta que actualmente se han descubierto más de 3000 compuestos distintos presentes en el aliento humano. El biosniffing o “nariz electrónica” y la cromatografía gaseosa son aparatos de origen molecular que permiten identificar cualquier gas presente en el hálito humano.

En todo caso, una de las indicaciones más importantes para nuestros pacientes a la hora de averiguar la existencia o no de mal aliento es preguntar a un familiar o amigo cercano (el “confidente”). Si efectivamente existe mal aliento, habrá que acudir a una consulta especializada que utilice dicho aparato de cromatografía gaseosa.