La pérdida auditiva es una afección común entre los adultos y una de las más frecuentes entre la tercera edad. Según un informe publicado por la revista científica Healthy Hearing, “una de cada tres personas mayores de 60 años se ve deteriorada por la hipoacusia, pero la mayoría espera entre 5 y 15 años antes de pedir ayuda. Cuanto antes se corrijan este tipo de afecciones, más fácil le será al cerebro utilizar las vías que ha desarrollado para procesar el sonido”. La revista también desvelaba que entre 30 y 48 millones de estadounidenses sufren este trastorno, que merma significativamente su calidad de vida.
Muchos de los afectados por la pérdida de audición son reticentes a usar audífonos aludiendo que no están tan mal, que no se trata de una dolencia grave y que pueden seguir con su día a día habitual sin utilizarlos. Además de que el uso de éstos, les hacen sentir viejos y puede influenciar en su imagen.
Frecuentemente, la pérdida auditiva va acompañada de otras dolencias: confusión, dificultad para fijar la atención y divagación mental, así como la habilidad para pensar con claridad o dificultad en la toma de decisiones.
A pesar de estos pretextos, los usuarios de audífonos confiesan que desde que han corregido sus problemas de audición, disfrutan otra vez de una vida social mucho más activa, con menos posibilidades de sentirse deprimidos, preocupados, obsesionados o inseguros. Algunos testimonios declaran que fue una alegría volver a recuperar la capacidad auditiva, pero también una tristeza comprobar todo lo que se habían perdido durante aquellos años.
Frecuentemente, la pérdida auditiva va acompañada de otras dolencias: confusión, dificultad para fijar la atención y divagación mental, así como la habilidad para pensar con claridad o dificultad en la toma de decisiones. Además de que puede afectar a su seguridad, pasando por alto señales acústicas de emergencia como alarmas, bocinas,… u otros sonidos cotidianos como el timbre de la puerta o el teléfono. No son conscientes de cómo éstas afectan a su vida social y habilidades comunicativas, creando a menudo situaciones frustrantes para su entorno más próximo.