La cirugía plástica y la otorrinolaringología van de la mano en intervenciones en qué tan importante es el aspecto estético como el funcional. Este es el caso de la rinoplastia, que ya tratamos anteriormente, o la otoplastia. En este post, hablaremos de esta última, una técnica que permite corregir las orejas prominentes.
Las orejas de soplillo se pueden operar a partir de los 6 años, ya que a esa edad las orejas han alcanzado el tamaño y la forma que tendrán en la vida adulta. Por eso, los resultados de la otoplastia son permanentes, rara vez se precisa un retoque.
Para la otoplastia, realizamos una incisión detrás de la oreja, que dejará una cicatriz prácticamente invisible. Durante la intervención, remodelamos el cartílago para mejorar la forma de la oreja. La operación suele durar unos 50 minutos para cada oreja. En función de la edad del paciente optaremos por anestesia general o local.
El postoperatorio es prácticamente indoloro. Durante unos días, colocaremos un vendaje al paciente para mantener una situación correcta de las orejas. Pasado este periodo, colocaremos una cinta de tenis sólamente durante la noche a lo largo de una o dos semanas. De esta manera, evitaremos que al dormir se altere la cicatrización.